Resulta complicado resumir las ideas y argumentos que presenta Karmelo Bizkarra en el primer capítulo de la obra colectiva y colaborativa Covid 20: Una radiografía del covid-19 y una ventana hacia un nuevo paradigma porque los expone de una forma tan brillante, completa y concisa que vale más la pena remitir directamente al artículo.
El Dr. Bizkarra se plantea los conceptos y creencias filosófico-científicas que han sostenido el dicurso oficial de la llamada “pandemia del coronavirus” y no le cabe duda, ni a él ni a muchos de nosotros, de que únicamente tenemos evidencia y pruebas incontestables de la expansión y contagio masivo de una emoción – el miedo- que se ha dejado sentir en casi todos los rincones del planeta, a pesar de que siguen sin aparecer argumentos realmente sólidos que justifiquen el sometimiento de media humanidad a tamaña situación de estrés síquico y social, con la privación sistemática de derechos básicos y fundamentales durante tanto tiempo.
Tampoco sabemos todavía de forma clara y cuantificable qué clase de efectos negativos sobre la salud han tenido dichas medidas, pero el miedo ambiente –tal y como lo califica Bizkarra-, desde luego no nos ha salido gratis, dejando tras de sí una estela de miedo, tristeza y rabia que provocan estragos en nuestro sistema inmune.
Y los médicos que reconocemos el componente psicoemocional en toda enfermedad, sabemos que el pánico mata.
Las ideas que se plantean a lo largo del texto deberían estar en la base de la discusión y el diálogo social, sin embargo -como bien sabemos- tal debate abierto y saludable brilla por su ausencia.
No obstante, daremos unas ligeras pinceladas para poner sobre la mesa dichas cuestiones -que se presentan de una forma más amplia en el artículo- pero que de quedar sin respuesta nos dejarían tristemente expuestos de nuevo a la inconsciencia e incoherencia de un sistema que parece seguir abonado a la instransigencia, la manipulación y la violencia implícita -y a veces explícita- para alcanzar sus objetivos.
En mi consulta, recomiendo un ayuno de noticias como parte del tratamiento.
En primer lugar, necesitamos revisar el mismo concepto de “virus”. ¿Cuál es su función? ¿Son causantes o simples marcadores de enfermedad? ¿Qué son los exosomas? ¿Qué papel cumple la microbiota en nuestro equilibrio orgánico interno? ¿Pueden estas partículas biológicas transformarse indefinidamente en respuesta a las condiciones del entorno como apunta la teoría del pleomorfismo?
Desde luego son demasiadas las preguntas que se han ido acumulando en el último siglo y a las que el viejo paradigma vírico no puede dar respuesta, a menos que esté dispuesto a someterse a una revisión profunda de sus propios planteamientos y dogmas.
Bizkarra se pregunta también por la naturaleza de la “salud” y de la “curación”, devolviendo el protagonismo a la naturaleza -con su sabiduría innata- y al “paciente” que esté dispuesto a abandonar su postura de pasividad e ignorancia para convertirse en sujeto activo de su propio proceso de sanación.
Los que trabajamos en el campo de la salud vamos adquiriendo esa humildad a lo largo de décadas de práctica médica, una vez que aceptamos que no somos nosotros quienes curamos, que tan solo acompañamos al paciente mientras este actualiza sus capacidades de autocuración.
Sobre sus colegas, les exhorta a abandonar el infantilismo al que los sujeta el sistema sanitario actual y la industria farmaceútica concomitante y a volver al sentido común y a la ética aplastante del juramento hipocrático, primum non nocere; principio deontológico que hemos visto lapidar una y otra vez con la promoción anticientífica e inmoral de mascarillas, distanciamientos, encierros y vacunas experimentales, acompañada ésta del silencio cómplice de miles de médicos, que ha hecho posible que los “expertos” del sistema se arrogaran todo la autoridad y el protagonismo.
La solución que propone pasa por un cambio urgente de paradigma que restaure y repare el daño cometido.
Para Bizkarra necesitamos recuperar nuestro poder personal con el fin principal de resistir al modelo deshumanizador que se nos inculca desde el estamento político y sus serviles medios de comunicación. Es el momento de despertar y hacernos responsables de nuestro destino; este es “el virus” que nos tiene que hacer virar.
La causa de esta crisis no está en el coronavirus, sino en una forma de vida que ha terminado sacando a la luz las sombras de este sistema.
Desde Cauac Editorial agradecemos a Karmelo Bizkarra su participación en esta obra y el poder contar con sus conocimientos y experiencia como médico sereno, valiente y comprometido con la Verdad. Ezkerrik asko Karmelo!
