Por Guillermo Piquero
Tras la semilla sembrada en las jornadas Matriegunak a finales de Enero, con las presentaciones conjuntas de Europa indígena matrilineal y En el vientre de Mari, proseguimos la gira este próximo domingo 5 de marzo recalando en la localidad bizkaina de Artea. La cita será en el Centro comunitario Basoa (Casa de las defensoras), un espacio que acoge iniciativas y actividades especialmente ligadas a la solidaridad con las personas migrantes y refugiadas.
Con quienes os animéis a venir, tendremos la oportunidad de compartir y debatir en torno a la cultura ancestral vasca y su nexo simbólico, social y cultural con una antiquísima cosmovisión indígena europea que antaño se extendiera a lo largo y ancho de nuestro continente. Esta hipótesis, que hasta hace tan sólo unas décadas parecía ser fruto de leyendas románticas de un pasado idealizado, está sin embargo aflorando en nuestro presente como real y verdadera, gracias al trabajo multidisciplinar de numerosos investigadores que no se conformaron con el relato oficial de los hechos.
Así, gracias a los estudios e investigaciones de las últimas décadas, en campos tan diversos como la arqueología, la etnología, la lingüística o la mitología, podemos afirmar con seguridad y rigor, que efectivamente existió una Era pre-patriarcal que demuestra que no es que otro mundo sea posible, sino que ya fue posible durante un periodo cultural infinitamente más amplio que toda la historia oficial que se enseña en nuestras escuelas. Este pasado robado, hasta ahora escondido de nuestra memoria colectiva, muestra las verdaderas raíces culturales de los europeos y europeas, unas raíces que nos hermanan culturalmente con el resto de pueblos indígenas del planeta y nos animan a recuperar esta cosmovisión pre-indoeuropea no por un mero ejercicio de romanticismo, sino en pos de la reconexión con nuestras raíces culturales primigenias.
En este sentido, no deja de resultar sorprendente, que la cultura ancestral vasca, la última gran reminiscencia cultural pre-indoeuropea que sobrevive en Europa Occidental, perviva precisamente en el área geográfica dónde en el Paleolítico Superior se forjó la primera gran cultura simbólica de nuestro continente (arte franco-cantábrico). Así, además de haber preservado su lengua nativa, el pueblo vasco conservó también hasta bien entrado el SXX, vestigios de la religión naturalista de la Gran Diosa (Mari), de unas relaciones de parentesco matrilineales y de una organización social comunal con instituciones colectivas como el batzarre o el auzolan.
A tenor de estas evidencias, podemos afirmar que la cosmovisión ancestral vasca, no puede ser interpretada meramente como un «islote cultural» sin aparente vinculación con otras culturas europeas circundantes (como tradicionalmente han afirmado un gran número de investigadores), sino más bien, como una cultura que conservó hasta tiempos históricos recientes y, en algunos casos, hasta la actualidad, algunos de los aspectos principales de una antiquísima cosmovisión aborigen que, bajo diversos nombres, formas, lenguas y tradiciones, fue compartida por una gran amalgama de pueblos pre-indoeuropeos que antaño habitaron a lo largo y ancho de nuestro continente e incluso mas allá….
Pasen y vean. La cita es este próximo domingo 5 de marzo, a partir de las 5 de la tarde en la
casa comunitaria BASOA de Artea (Bizkaia).
¡Os esperamos!